domingo, 28 de agosto de 2022

LAS MARMITAS DEL DIABLO EN CANARIAS

Francisco Javier Gil Rodríguez

            En los últimos tiempos he visto que se están lanzando informaciones controvertidas acerca de las "marmitas del diablo", por eso he decidido rescatar este artículo  de la Comisión de Historia y Etnografía de Canarias sobre el tema referido a dichas "marmitas".

          "Hace tiempo que este colectivo , a medida que realizaba la <<Carta arqueológica de Gran Canaria>>, venía observando unas curiosas formaciones cuyo origen resultaba extraordinariamente problemático. Nos estamos refiriendo a unos huecos ubicados en plataformas costeras, de plantas aproximadamente circulares y cuyos volúmenes podrían ser definidos como semielipsoides de revolución. Son huevos de formas muy regulares y siempre perfectamente pulidos por lo que resultaban espectaculares.

       Además estas configuraciones aparecían, con preferencia, junto a yacimientos arqueológicos. Por ejemplo en una playa de la costa oriental de la isla, localizamos estas formaciones al pie mismo de un poblado indígena de cuevas artificiales. Como quiera que en el interior de Gran Canaria habíamos contabilizado, en plataformas rocosas, numerosos huecos - cazoletas según la terminología científica - de características parecidas, todo parecía indicar que se trataba de excavaciones realizadas por los indígenas canarios. En este sentido la balanza se inclino aún más cuando un buen amigo público - en 1979- una investigación sobre antropología cultural canaria en la que llegaba a la conclusión de que estos orificios no solo eran aborígenes, sin que además tenían un carácter mágico o ritual.

        Sin embargo, no dejamos de estudiar por nuestra cuenta y nos acercamos a los lectores con una tesis opuesta a la anteriormente referida. Es preciso subrayar, no obstante, que este artículo no descalifica en su conjunto al trabajo citado, sino que disiente de uno de sus capítulos.  En efecto, estas formaciones son conocidas en geología con el nombre de  <<marmitas del diablo>> y cuando son de grandes dimensiones como  <<ollas de gigantes>> (tradición oral europea) y su origen es natural; marino en el caso canario como creemos que evidenciaremos en este artículo.

        Su origen es simple y su proceso de formación podríamos resumirlo, esencialmente, de la siguiente manera: cuando en una oquedad natural, en general de contorno irregular, situada sobre una plataforma costera - o bien bajo una cascada si se trata de un río o barranco - , queda retenido en su interior un canto rodado, de tamaño y peso críticos, es sometido a un movimiento giratorio sobre si mismo por efecto del avance y retroceso de las olas; comienza, de este modo, un lento trabajo de desgaste y horadación. En un principio, dada la poca profundidad del hueco, los cantos rodados serán frecuentemente desalojados por la violencia de las mareas y sustituidos, más tarde, por otros. La labor es, pues , lenta y discontinua en general. Por este motivo es indispensable que exista, o haya e existido en periodos geológicos anteriores, una zona aledaña que proporcione un cierto stock de cantos rodados. De todos modos el proceso en sí es mu lento, como casi todos los procesos geológicos.

          Insistimos que, por tanto, para que se formen estas <<marmitas>> se requiere la conjunción de las siguientes circunstancias: 

               - una plataforma costera con zonas idóneas situadas en un lugar crítico respecto a las                        mareas.

               - oquedades naturales iniciales (burbujas volcánicas, etc.).

               - presencia no lejana de un cordón de cantos rodados.





                    Debido a estas limitaciones, las <<marmitas>> no están uniformemente repartidas sino que, por el contrario, suelen estar concentradas en algún lugar idóneo de una cierta plataforma litoral. Esta circunstancia resalta aún más la sensación de artificialidad de estas formaciones. Es frecuente encontrar <<marmitas>> en grupo de dos o más, en tanto que son inexistentes en el resto de la plataforma.

                    Respecto a su morfología, el diámetro del hueco viene limitado, fundamentalmente, por la naturaleza de la roca sobre la que se produce el fenómeno ya que no podemos hablar de cantos rodados de igual naturaleza petrográfica; así, hemos observado que las <<marmitas>> excavadas sobre rocas tobáceas relativamente blandas son de diámetros algo mayores y de mayor capacidad que las que se excavan sobre basaltos, traquitas o fonolitas masivas.

                    El tamaño del canto rodado también es crítico y está relacionado con su densidad (3,10 para los basaltos, 2,70 para las traquitas, 2,67 para las fonolitas, 2.89 para las tefritas , etc . pr término medio). En efecto, no ha de ser tan pequeño que la ola lo levante sin hacerlo girar sobre sí mismo, ni tan grande o pesado que la energía media de las olas de casuística más frecuente en la zona no sea capaz de moverlo, o momoverlo apenas. Aquí hay que tener en cuenta que en el litoral hay zonas de distinta energía media del oleaje. 

                   La relación tamaño/peso es crítica, con el fin de que el canto rodado se limite a girar sobre sí mismo cuando queda retenido en la oquedad.     

               Iguamente la <<marmita>> ha de tener, al final, una profundidad crítica que no podrá ser aumentada posteriormente por la acción de las mareas; es decir, la <<marmita>> es una estructura de equilibrio. En efecto, para una cierta profundidad de la formación, llegará un momento en que la energía medía del oleaje se consumirá en gran parte en el movimiento descendente espiral sobre las paredes del hueco, mientras que en el canto rodado, a medida que penetra, presentará menos superficie de acción de la ola; el trabajo de horadación se irá debilitando hasta cesar totalmente, momento en que se alcanza la forma de equilibrio. En este momento la obra de la Naturaleza habrá concluido.

            Según lo anteriormente expuesto se ve claro que el diámetro y la profundidad de la <<marmita>> no pueden agrandarse indefinidamente sino, por el contrario, tienen unos limites precisos hacía los que tiende de forma no lineal en el tiempo. Por eso, estadísticamente, los diámetros de las <<marmitas>> se distribuyen normalmente en torno a valores críticos  medios bien definidos.


                    En las plataformas costeras este diámetro crítico toma toma unas dimensiones que, por mera casualidad, coinciden con el tamaño de algunos artefactos humanos como las cazoletas y las vasijas. Cuando en ríos y barrancos estas formaciones desbordan este tamaño, la imaginación popular busca actores de mayor envergadura física (!ollas de gigante¡).

                         Pues bien, según este mecanismo, la única forma posible que pueda ser adoptada por la <<marmita>> es la de un semielipsoide de revolución, más o menos perfecto. Cualesquiera otras formas de sección circular que podamos imaginarnos (retamos al lector a que lo intente) no son posibles en condiciones normales; si la sección no es circular o elíptica, menos aún. 

                          Por lo tanto, estas curiosas formas no sólo constituyen una excepción sino que son las formas lógicas y posibles de equilibrio dado el mecanismo mediante el cual se generan. 

                         Pero no siempre las <<marmitas>> naturales descritas tienen sección circular perfecta, si bien son bastantes frecuentes las que presentan semejantes características; abundan también las de sección elipsoidal, si bien es constante su notable pulimento y la sensación de obra artificial en la que parece estar presente la mano del hombre.


                         No queremos finalizar este trabajo sin incluir otros dos datos sobre nuestras <<marmitas >>  que estimamos  del máximo interés. El primero de ellos   es que hemos localizado estas formaciones en plataformas costeras del isla de La Graciosa que, mientras no se demuestre lo contrario, no estuvo habitado por los indígenas canarios con regularidad.

                        Y el segundo dato es que también hemos registrado <<marmitas>> en Gran Canaria que aún conservaban el canto rodado <<fosilizado>> en su interior, es decir, inmovilizado por materiales cementíferos calcáreos que han soldado fuertemente el canto rodado al las paredes del hueco; otras veces aparece aún suelto. Si en la mayoría de los casos el canto rodado no aparece en su sitio es a causa de la acción antrópica , es decir, al elevado tránsito humano que ha existido en nuestras costas en los últimos milenios.

                        Por último, y a modo de resumen, insistimos que las <<marmitas>> canarias, al igual que las de otros lugares del planeta, tienen un origen natural, independientemente de que en determinado momento hayan podido ser aprovechadas por nuestros indígenas - dado el enorme espíritu práctico que les caracterizaba - o, incluso, se aprovechen todavía por los pescadores de caña que se asoman a nuestras costas, usando así los <<diabólicos>> calderos como llovidos del cielo, en el aliño de la carnada."






Bibliografía

- O ´Shanahan, Juan Carlos. <<Antropología Canaría>>

- J.W. Arnold. <<Geomorfología de los procesos marinos>>

- Comisión de Historia y Etnografía de Canarias. Revista de El Museo Canario de 1974. <<Inventario de yacimientos rupestres de Gran Canaria (cazoletas)