domingo, 25 de octubre de 2020

PÍRGANO Y LA PALMA CANARIA

Francisco Javier Gil Rodríguez


       La utilización de la Palma Canaria (Phoenix Canariensis) a lo largo de la historia de Canarias es evidente y así lo atestiguan las aportaciones de las crónicas de la conquista y colonización de las islas por parte de los europeos las noticias de épocas históricas y la etnografía. Este pequeño trabajo es un homenaje a esta especie autóctona de porte único. 

         Las primeras referencias históricas sobre el uso de la palma canaria son muy tempranas y se las debemos al viajero genovés Nicolosso da Recco hacía mitad del siglo XIV en un desembarco en la isla de Gran Canaria:

        “Finalmente, viendo los marineros que allí no podrían obtener nada provechoso, partieron de aquel lugar y, dando la vuelta alrededor de la isla, observaron que estaba mejor cultivada en la parte del septentrión que en la del mediodía. Divisaron muchas casas, higueras, palmeras, huertas, coles y hortalizas comestibles; allí desembarcaron veinticinco hombres armados, quienes buscando a los que habitaban aquellas casas, encontraron que había cerca de treinta personas, todas desnudas, las cuales, al verlos armados, se dieron a la fuga.

         Al entrar en el poblado vieron que las casas estaban construidas de piedras escuadradas con un arte maravilloso, cubiertas de maderas muy grandes y muy hermosas; y puesto que encontraron las puertas cerradas y querían ver lo que había en su interior, las rompieron y las abrieron. Al verlos, los habitantes que habían huido, indignados, comenzaron a dar gritos. Por último, rotas cuantas puertas encontraron, entraron en ellas y no hallaron otra cosa que higos secos en cestas de palma, tan buenos que parecían de Cesena, trigo, mucho más hermoso que el nuestro, con los granos más largos y gruesos y el color más blanco, cebada, y otros cereales con los que los habitantes se alimentaban. Las casas, hechas de piedra y maderas bellísimas, estaban tan emblanquecidas en su interior que parecían de yeso.

         También vieron una ermita en la que no había pinturas ni otros ornamentos, excepto una estatua que representaba a un hombre desnudo con una bola en la mano y con las vergüenzas cubiertas con unas bragas de palma, según la costumbre de los habitantes de ese país, la que tomaron consigo y, cargándola en el navío, la llevaron a Lisboa” (1)


Imagen 1 : Museo Sánchez Araña , Tirajana. Julio 2013 Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez .

          A principios del siglo XV en otra excursión esclavista, son los normados los que visitan la isla de Erbania – Fuerteventura y Gran Canaria:

        “Cuando Gadifer llegó con el barco a la isla de Albania, pasados unos días salió junto con Remonnent de Levedan y con treinta y cinco hombres del barco para ir al arroyo de Palmas y ver si podrían enfrentarse a algunos de sus enemigos. Llegaron cerca de allí de noche, encontraron una fuente donde descansaron un rato y luego iniciaron la ascensión a una alta montaña desde la que se puede divisar gran parte del país…..Cuando se llega al otro lado, se encuentra el hermoso valle, llano y muy agradable, en el que puede haber por lo menos ochocientas palmeras, que dan sombra a la vaguada y a los arroyos de los manantiales que la recorren, agrupadas en conjuntos de cien o ciento veinte, tan largas como mástiles de navío de más de veinte brazas de altura, tan verdes, tan frondosas y tan cargadas de dátiles que da gusto verlas”  (2)


Imagen 2 : “Cueva de los Idolos”. La Oliva, Fuerteventura. Demetrio Castro Alfín. Revista El Museo Canario. Año 1975 – 1976.

        “La Gran Canaria tiene 20 leguas de largo y 12 de ancho y es de la forma de un rastrillo…Es un país lleno de grandes bosques de pinos y abetos, de dragos, de olivos, de higueras, de palmeras que producen dátiles….Van totalmente desnudos, a parte unas bragas, que son de hojas de palmeras”  (3)

          Los conquistadores y colonizadores españoles nos aportan más datos sobre el uso de la palma y derivadas manufacturas, por parte de los canarios. Intentaré hacer un breve resumen de esas noticias para no agobiar a nuestros lectores.

        De la isla que más información aportan es de Canaria:

       “Las mujeres en todas las islas era el mismo traje: cubrirse hasta los pies con faldellín de pieles; los hombres en todas las demás islas cubrían sus partes verendas con unas empleitezuelas flecadas de palma, atadas por la cinta hasta medio muslo….Tenían los Reyes casas de recreo y bosques, porque toda la isla era un jardín, toda poblada de palmas, porque de un lugar que llaman Tamarasaite quitamos más de sesenta mil palmito i de otras partes infinitas, i de todo Telde y Arucas. Eran grandes pescadores con anzuelos de cuerno de carnero, hechos con agua caliente. Erán mejores que los de Spaña, y hacían la cuerda de tomiça de palma i puestas en varas por cañas, que no las tuvieron…Tenían redes de juncos i tomizas de palmas.” (4)



Imagen 3 : Museo Sánchez Araña , Tirajana. Julio 2013 Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez .

        “Asimismo tenían tenían dátiles de las palmas que aún ai gran cantidad en tierras de Arganeguín i Tirajana, que hacián vino, miel y vinagre de las palmas, i esteras de sus ojas y petates para dormir ..” (5)

         De cronistas contemporáneos  a la conquista tenemos la obra de Leonardo Torriani escrita en el año 1590 que nos aporta una información antropológica, etnográfica y gráfica de sumo interés para la isla de Gran Canaria :

        “Sus calles eran estrechas y las casas hechas con piedra seca (es decir sin argamasa u otra cosa parecida), pequeñas, limpias y bien labradas, pero bajas de techo…Dichas casas cubrían con troncos juntados de palmas, y encima de ellos, para defenderse de las aguas de lluvia, hacían una costra de tierra, que todavía se usa hoy en Canaria. A las casas ponían pequeñas puertas de tablas de palma  labradas con hachas de piedras duras afiladas, apretadas entre dos pedazos de madera bien unidos y atados” (6)

Imagen 4 : Leonardo Torriani. Habitantes de Gran Canaria

        Por la misma época el historiador portugués Gaspar de Frutuoso nos habla de la isla de La Gomera: 

        “y los isleños se vinieron a ellos con danzas a su modo, y ofrecieron a los capitanes sus requesones, carnes, dátiles y palmitos que son los cogollos de las palmas para comer tiernos y gustosos…  Arure en lengua isleña quiere decir casa del rey, y Chepude tierra de palmas, porque legua y media que puede haber de Benchehigua a Chepude todos son palmares que dan dátiles, que nos son de las que dan támaras. Los dátiles son como aceitunas negras, de aquella forma y redondos, pero nos son agudos en la punta, de color leonado, muy gustosos, y muchos, por ser tan espeso el palmar, que apenas se puede andar por dentro…Los otros palmares de Chepude, muy grandes, se extienden hacia el S casi hasta el Valle de Santiago; otro provecho de estas palmas datileras es que, dándoles un machetazo en medio del tronco, destilan por él un licor del que usan como vino, tan agradable al gusto, que se bebe bien, y hay tabernas de él. Para aprovecharlo mejor ponen un canal desde la herida de la palma hasta la boca de cualquier vasija que quieren llenar, y así sacado no hace falta otra preparación, sino beberlo.. (7) 

         Volviendo otra vez a Gran Canaria la obra de Abreu y Galindo escrita hacia el año 1632 nos habla de las técnicas constructivas de los canarios :

        “Tenían casas y oficiales que las hacían de piedra seca, y eran tan pulidos, que hacían las paredes tan juntas, cerradas y derechas, que parecía llevar mezcla, hacíanlas bajas de pared, y hondas de suelo, porque estuviesen calientes; por encima las cubrían con palos juntos, y encima tierra, y a veces estaban dos y tres casas juntas; echaban una palma entera por madre…Había oficiales de hacer esteras de hojas de palma y sogas de juncos muy primas” (8)

Imagen 5 : Hoja de Palma - Pírgano . Grabado en piedra, Gran Canaria.  Año 199O. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez


Imagen 6 : Grabado de Gran Canaria. Hoja de Palma - Pírgano. Año 1990. Calco: Francisco Javier Gil Rodríguez 

        De nuevo para  Gran Canaria tenemos la información recogida por Fray José de Sosa hacía el año 1678 de la fabricación de vino y miel a la usanza de La Gomera sacada del cogollo de la palma; me parece tan interesante este dato etnográfico histórico que transcribo integro el texto :

        “De este árbol sacan los naturales canarios mucho vino, del cual cociéndolo hacen muy buena miel, que venden (por lo singular; para diversas partes del mundo, por ser fresquísima y muy medicinal . El modo de hacerla es este que se sigue: 


      Trepa un hombre a sus ramas eminentes (que en esto los hay diestrísimos y a quien no los ha visto le parece imposible oir contar el modo con que trepan a un árbol tan alto, delgado y sin gajos o ramas por donde puedan agarrarse, tan fácilmente como si fuera a un moral, higuera &c.) Y estando encima saca un machete bien cortador y destroza sus hojas por una y otra parte hasta llegar al pimpollo, que es mas que el armiño blanco (también sacan de aqui palmito para comer; este palmito es lo interior de cerca al cohollo que es muy gustoso y dulce aunque muere la palma) de estas hojas interiores traen los Domingos de Ramos a las Iglesias para repartir, y hacer la procesión de las palmas, y embarcan a las otras islas también, por que en ellas no se cogen tan largas y hermosas como estas. La santa iglesia catedral de estas islas y su fábrica, sease por antigüedad, o por costumbre urbánica, manda todos los conventos de religiosos y religiosas de esta ciudad real de las Palmas, los ramos o palmas que son bastantes para que los prelados repartan con sus comunidades, y otras personas que asisten en sus Iglesias el domingo de ramos a sus procesiones. De estas hojas de la palma después de secas, fabrican muchas curiosidades las monjas de esta ciudad, las cuales suelen correr a muchas partes del mundo por lo singular y aseado de ellas.

    Limpias pues todas aquellas pencas hasta llegar a lo interior del Palmito, hace en derredor un cerco o raya pendiente a un lado; a manera de en donde hacen quesos, la raya que tiene por de fuera por donde cae el suero, y allí abren un agujero, en el cual hacen un cañillo o taberna que ellos llaman: en este fijan pendiente un odre, que gota a gota se llena de aquel humor sueve con tanta abundancia, que cada veinte y cuatro horas, destila cuarenta cuartillos poco mas  o menos, según el puesto mas o menos húmedo en donde está la Palma: Y lo tienen abierto este cerco o taberna al egrandola siempre que es necesario (porque suele criar costilla por encima) como ellos dicen, que es abrirlo con un cuchillo un poco mas, y continuamente goteando la palma veinte y cuatro días, un mes o mas según quieren y a ellos les parece. Después para que no se seque , mayormente por los ratones que suben a ella, y por la raya, agujero o taberna por ser tiernísima, por allí la suelen roer hasta el cohollo, toman un poco de barro y lo van poniendo en derredor por dicha raya hasta el agujero o taberna, y con esto vuelve otra vez la palma a crecer su pimpollo y se llena de hojas; y esto quiere quien lo sepa hacer, que llaman ellos curarlas, por que no todos los que las cortan saben, y asi se pierden muchas. Este humor o licor que sale de la palma llaman vino; es muy suave de beber recien sacado, y tiene el color blanco. Después se pone entre áspero y agrio. Es muy frío y tanto, que a quien no está acostumbrado a beberlo le suele causar dolor de hijada, cólico, y otros achaques procedidos de refriado. Empero toda aquella parte y lugares que lo sacan les sirve de refrigerio, y alimento a sus habitadores en sus mayores fuegos y calores. Este licor lo cuecen y hacen miel muy dulce, y medicinal por la parte de donde sale, queda rubio de color de melado de cañas, y dándole su temple suelen hacer azúcar aunque moreno y blando. Sacan de cada 4 cuartillos de agua, y humor después de cocido, y da- su temple uno de miel. Su común precio en esta ciudad real de las Palmas es un real de plata cada cuartillo, o mas o menos cuartos, según sube o baja el precio con los tiempos, aunque la traen de muy lejos, y les cuesta tanto trabajo a los que la hacen, mayormente de conducirla por lo áspero y arriesgado de los caminos.”
(9) 

    La historia reciente y la etnografía actual nos demuestra que todos esos usos aborígenes han llegado hasta nuestros días .

    En todas las islas hay una rica artesanía derivada de la palmera. De los hojas se hacen esteras y otros múltiples usos, del pírgano como cualquier palo su utilidad es infinita, del tronco abejeras y travesaños para techumbres, de su savia miel o licor de palma o de sus frutos las támaras o camames. En definitiva se da uso a la totalidad de la palma. 

Imagen 7 : Estera de Palma. Tirajana . Año 2017. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

Imagen 8 : Estera de Palma. Tirajana . Año 2017. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

Imagen 9 : Colmena de tronco de palma. Tirajana. Año 2016. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

    En Gran Canaria la importancia de este material se muestra en la vida cotidiana representada en los adornos de la loza tradicional, en los yugos, en cerrojos y otras manifestaciones etnográficas.

Imagen 10 : Loza de Gran Canaria. Museo de Cho Zacarías. Tinamar / San Mateo. Año 1990. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

Imagen 11 : Museo Casa de los Yánez. Tunte, Tirajana. Año 2011. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

Imagen 12 : Museo Casa de los Yánez. Tunte, Tirajana. Año 2011. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

Imagen 13 : Gran Canaria. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

Imagen 14 : Gran Canaria. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

        Tras esta larga introducción, empezare con el estudio de la palabra Pírgano / Pírguan y su relación con el Tamazight. 

        La primera referencia de la que tengo constancia sobre el vocablo Pírgano es tardía y se la debemos al historiador nacido en Tenerife José de Viera y Clavijo hacía mitad del siglo XVIII : 

        “ Palma (Phoenix dactylifera, Lin.; Palma major, Bauh.). […] Su talle tan eminente y tan delicado a proporción tan recto, tan gallardo y rollizo, sin gajos, sin corteza, defendido, solamente en sus primeros años, por los pezones de los pírganos que se van cortando, hasta que, gastados éstos en su vejez, queda el tronco áspero, rugoso y plagado de las cicatrices ” (10)

         A finales del siglo XIX para Gran Canaria :

        “Pírgano. El nervio de una hoja de palmera, con el cual se hacen palos de escoba y algunas mas otras cosas: mango de abanador.  

         Abanador. s.m. Especie de abanico hecho de palma, con mango de pírgano, que sirve para avivar el fuego en el hogar. Es parecido en su figura y tamaño o al soplillo o aventador, ruedo de esparto que con mango o sin él, se usa en España con el mismo fin.” (11)

        De nuevo para la misma isla a principios del siglo XX:

        “Suministra la primera materia a una modesta industria: la que con la hoja de palma confecciona, escobas, .esteras y serones.

        El fabricante se llama esterero. El pírgano es el peciolo de la hoja de la palma, una vara seca, dura y flexible que sirve de mango a la escoba.

        Como este último utensilio se halla tan a la mano de la dueña de la casa, es muy natural que aquélla la use como instrumento de su venganza o de su justicia, por ejemplo, apara castigar al chiquillo díscolo y desobediente.” (12)

Imagen 15 : Pírganos verdes. Tirajana . Año 2013 .Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

    A mediados de los años cuarenta del siglo XX el historiador Francisco Guerra Navarro de Tunte, Tirajana en su obra póstuma Contribución al Léxico Popular de Gran Canaria nos da una información muy amplia del término en estudio : 

    “Pirganazo.- Golpe dado con el pírgano. // Jarabe de Pírgano, para curar en la escuela el mal de la desaplicación. En tiempo de la “la letra con sangre entra” había dos pírganos: uno largo para las nalgas, y otro corto, para las manos…”

    “Pírgano.- Tallo o nervio central de la hoja de la palmera, que se emplea para palos o “cabos” de escobas, principalmente, así como para hacer cierta clase de cestas pedreras.”

    “Abanador.- Ruedo tejido con penca u hoja de palma y provisto de un pequeño mango, éste generalmente de Pírgano, que se emplea para avivar el fuego” (13) 

Imagen 16 : Pírganos secos. Jinámar. Año 2020. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

     Por último en el año 1970 tenemos otra referencia bibliográfica para Gran Canaria:

    “Por manos de hombres se cultiva con preferencia un tipo de cestería mayor, bien (lo que es más común) trabajando sólo con varas de pírgano de palmera, hasta formar un cesto cuyo reborde puede aparecer cosido o remachado con materiales más blandos y maleables, como tiras fibrosas de pitera. Estos cestos grandes se utilizan para el acarreo en bestias, para las labores del campo (recolectar o estercolar) y para llevar materiales pesados incluso en la construcción (cestas pedreras de pírgano). ”  (14)

Imagen 17 : Sacando estiércol de un alprendre con cestas de pírgano. Gran Canaria, se desconoce fecha y autor. Biblioteca Nacional de Francia, Gallica.





Imagen 18, 19, 20 : Cesta pedrera de Pírgano. Tunte, Tirajana . Enero 2020. Foto: Francisco Javier Gil Rodríguez

         En resumen la voz Pírgano hace referencia a un “palo” sacado de la hoja de la palma y cuya utilidades muy amplia, desde cestería, escobas, latadas, techumbres, cercas, construcciones ligeras ….


Imagen 21 : Choza de pírgano. Foto Adolf Jessen, Año 1925. Lomo Blanco, Las Palmas. Fondo Fedac.

         Llegado a este punto para mí el origen del vocablo canario Pírgano esta en la lengua Tamazight. A continuación daré varias entradas de dialectos imaziren y posibles acercamientos.

         En el oasis de Ghadames, Libia: “brg” aberg, bergen / poutre, solive (viga), tirées du tronc du palmier (tiras del tronco de palmera)” (15) . 

         Cabilia, Argelia “Brgn” ibergen, aberg / piéce de bois horizontal utilisée par l ´ouvrier comme barre-support de son outil qu´il tient des deux mains (pieza de madera horizontal utilizada como barra soporte)” (16) .

         Por extensión en diferentes dialectos bereberes la palabra “birgen” contiene la idea de una construcción ligera ya sea una tienda o una choza :

         En la lengua Zenaga de Mauritanie, “ėburg∂nth” , tenté dressèe sur des piquets ( tienda de nomada lavantada sobre estacas de madera)” (17) 

         Adrar Nefousa, Libia ,“birgen, plural ibirgan” (tienda/s de nómadas)” (18)

         Kel Ahaggar, Argelia, “iberg ´en, pl. iberg ´enen” (tienda de piel)” (19)

         Ghat, Libia, “aberdjen, pl. iberdjenen” (tienda de piel)” (20)

        Cabilia, Argelia, “tabergent”, petite magasin pour la paille” (pequeña estructura para almacenar la paja)” (21) 

Imagen 22 : Tibergent, Cabilia, Argelia. Collection Ideale P. S.  Postal.

        Aurés, Argelia, “tibergent, hutte ronde en clayonnage, couverte en paille ou en diss” (choza redonda elaborada con estacas y ramas con techo de paja o hierba).


BIBLIOGRAFIA

1.- Boccacio, Giovanni: De Canaria y de las otras islas nuevamente halladas en el océano allende España (1341), Estudio crítico M. Hernández González, La Laguna, 1998.)

2.- Le Canarien. Crónicas francesas de la conquista de Canarias. Gadifer salió de la barcaza para ir a la isla de Erbania. Cap. XXXVII. Pág. 122 -123.Traducción de Alejandro Cioranescu. Aula de Cultura de Tenerife, Instituto de Estudios Canarios. Año 1980.”

3.- Le Canarien. Crónicas francesas de la conquista de Canarias. Aquí habla de la isla de Gran Canaria y de la gente que vive en ella. Cap.LXVII. Pág.165.Traducción de Alejandro Cioranescu. Aula de Cultura de Tenerife, Instituto de Estudios Canarios. Año 1980.”

4.- Gómes Scudero, Pedro : Libro segundo prosigue la conquista de Canaria. Canarias: Crónicas de su conquista: Francisco Morales Padrón. Ayuntamiento de Las Palmas, El Museo Canario. Año 1978. Págs. 432 – 435 – 437.

5.- Cedeño, Cedeño : Canarias: Crónicas de su conquista: Francisco Morales Padrón. Ayuntamiento de Las Palmas, El Museo Canario. Año 1978. Pág. 371.

6.- Torriani, Leonardo: Descripción e Historia del reino de las Islas Canarias. Goya Ediciones. Santa Cruz de Tenerife, Año 1978. Pág. 99.

7.- Frutuoso, Gaspar: Las Islas Canarias (de Saudades da Terra). Instituto de Estudios Canarios. La Laguna de Tenerife. Año 1964. Pág. 156 – 160-161.

8.- Abreu y Galindo,F.: Historia de la conquista de las siete Islas de Gran Canaria. Santa Cruz de Tenerife. Año 1940. Pág. 111.

9.- De Sosa, José: Topografía de la isla afortunada Gran Canaria. Santa Cruz de Tenerife. Año 1943. Imprenta isleña. Pág. 20-21- 22. 

10.- De Viera y Clavijo, José: Historia Natural de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria. Año 1866 – 1869. Imprenta La Verdad. Real Sociedad Económica  de Amigos del País de Las Palmas de Gran Canaria.

11.- Maffiote, Juan: Glosario de Canarismos: Voces, frases y acepciones usuales en las Islas Canarias según los apuntes que dejó inéditos Juan Maffiotte. Instituto de Estudios Canarios. Año 1993. Pág. 25 y Pág. 136

12.- Millares, Luis y Agustín: Léxico de Gran Canaria. Tipografía del Diario. Las Palmas. Año 1924. Pág. 136.

13.- Guerra Navarro, Francisco: Contribución al léxico popular de Gran Canaria. Edición Peña Pancho Guerra. Madrid. Cabildo Insular de Gran Canaria. Año 1965. Pág. 24. 338,339.

14.- Barreto de Siemens, Liliana y Siemens Hernández, Lothar: Notas etnográficas sobre la cestería de caña en Valsequillo, Gran Canaria. El Museo Canario XXXI – XXXII: 1970-1971. Las Palmas de Gran Canaria. Págs. 83, 84.

15.- Lanfry, J. : Glossaire de Ghadamés (parler des Ayt Waziten) II. Le Fichier Periodique. Año 1973. Pág. 18.

16.- Dallet, J.M. : Dictionnaire Kabyle - Francais (parler des At Mangellat). Selaf. Paris. Año 1982. Pág. 44.

17.- Francis, Nicolas : La langue berbère de Mauritanie. Número 33. Memorias del Instituto Francés del Africa Negra. Dakar, Ifan Editora. Año 1953. Pág. 115.

18.- Calassanti-Motylinski, Adolphe: Le Dejbel Nefoussa. Ernest Leroux Editor. Paris. Año 1898. Pág. 152.

19.- Calassanti-Motylinski, Adolphe: Grammaire, Dialogues et Dictionnaire Francais – Touaregs. Tome 1. Argel. Año 1908. Pág. 282.

20.- Nehlil: Etude sur le Dialecte de Ghat. Ernest Leroux Editor. Paris. Año 1909. Pág. 210.

21.- Huyghe, P.G.: Dictionnaire Kabyle – Francais. Imprimerie Nationale. Paris. Año 1901. Pág. 292.