domingo, 12 de mayo de 2013

RAMONCITO EN EL RECUERDO


Francisco Javier Gil Rodríguez

  El año 2007 fue un año “malo”; recordar los incendios forestales que hicieron un repaso a nuestros pinares y de paso acabaron con un importante legado cultural de nuestro patrimonio histórico, etnográfico y de arquitectura tradicional. A esto añadir el atentado sobre uno de los paneles líbico-bereberes mejor “conservado” del Lomo de Los Letreros del Barranco de Balos (Gran Canaria) o los cometidos en la isla de El Hierro, El Julán, Candía….
A mediados del año 2007 recibí la mala nueva del fallecimiento de Ramoncito Rivero Quintana en su Acusa natal, municipio de Artenara.
A Ramoncito pastor por profesión y genética, lo conocí  en el año 1979 en los Llanos de Gamona (Mogán) donde cuidaba de un ganado amplio de cabras. Tras una somera presentación y un intercambio de palabras todo quedo en eso….él tenía que atender al ganadillo y yo tenía que seguir buscando un “echadero” donde pasar  la noche. Lo primero que me llamó la atención de este hombre fueron sus manos gigantescas y la tranquilidad y parsimonia con la que se expresaba.




Pasaron los años y en 1987 mientras caminábamos por el Cortijo de Majada Alta – Cueva de Las Niñas; observe a lo lejos a un pastor, intenté alcanzarlo pero se perdió de una manera momentánea, me acerque y me encontré a este hombre protegido de la solajera en un gran solapón  natural, a sus pies y haciéndole compañía un perro “sato” (…de patas cortitas). Como me considero una persona educada como es menester le pedí permiso para poder entrar en la cueva y para poder hablar con él. De nuevo las presentaciones….y de la  Cueva de Los Ceniceros acabamos en la Cueva del Cerrojo su vivienda habitual en el Cortijo de Majada Alta tomando un cortaito y queso duro del lugar. Conocimos en este momento a su mujer y a su hija. A partir de ahí estuvimos acudiendo los meses de verano durante dos años para hablar con él de todo un poco….ni que decir que ante nosotros se encontraba una biblioteca de miles de números. Le gustaba hablar de lo que conocía, de las rutas, vueltas de ganados, cortijos, Linagua, Tasarte, Llanos de Gamona, Majada Alta; de historias y cuentos antiguos; de los nombres de los “puntos” por  donde  pasaba; de los “canarios” y sus asentamientos;  y una historia que repetía con cierta regularidad,  que él nunca fue al servicio militar porque cada vez que venía la guardia civil con la notificación de incorporación a filas él se perdía por esos montes de Dios….o sea un alzado “moderno”. Pasaron los años y una vez jubilado volvió a Acusa en donde se estableció; por supuesto se llevó unas cuantas cabras para no aburrirse y unos bocaos de tierra para entretenerse. De vez en cuando lo visitábamos para afianzar nuestra amistad. 




Cueva del Cerrojo, Cortijo de Majada Alta. Año 1987.                Fotos: Francisco Javier Gil Rodríguez


Hoy en su memoria publicaremos las fotos de ese primer encuentro; concretamente en la Cueva del Cerrojo en el Cortijo de Majada Alta un mes  caluroso de Agosto de 1987.  Nos mostró su colección de garrotes o lanzas tradicionales de la cual estaba muy orgulloso y por supuesto su ganado de Jairas y Baifos.
Recalcó que nos fijaremos en la calidad de la madera de pino canario de los garrotes, de los cuales desconocía la edad exacta y a su vez de los regatones típicos de la isla de Gran Canaria, la calidad de la forja y los dibujos tradicionales de los herreros que las elaboraban.










 















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